A veces nos limitamos a pensar que para decorar nuestras paredes tenemos que decantarnos por cuadros, fotografías o láminas, ¡pero hay muchas maneras de hacerlo! Puedes pintar formas abstractas y crear murales atrevidos con paletas de colores llamativos.
Asimismo, también puedes apostar por pintar una pared con dos tonos. Es una de las tendencias más en auge en los últimos años para transformar cualquier espacio, y arriesgar en la decoración. Es muy útil para crear la ilusión de un cabecero en el dormitorio, por ejemplo. En definitiva, se trata de una oportunidad divertida para utilizar distintos colores en una misma habitación.
Otra de las opciones es aprovechar la arquitectura de las propias paredes para potenciar su belleza. ¿Tienes molduras? ¡Píntalas de otro color en contraste con el resto de la pared!
El ‘open concept’ se ha convertido en una de las preferencias del momento en decoración de interiores, los espacios abiertos y multifuncionales donde se han eliminado los muros a favor de una estancia común. En estos casos, la decoración de las paredes no solo servirá para cambiar la estancia a modo estético, sino que también permitirá delimitar el espacio sin la necesidad de poner tabiques usando tonos diferentes en cada zona y al mismo tiempo dar un toque especial en cada rincón de tu casa.
Una vez decidido el diseño, tendrás que pensar en los colores que vas a utilizar. Lograr un efecto visual impactante que al mismo tiempo tenga un toque de personalidad y dinamismo no es tarea fácil. Para ello te recomendamos combinar colores complementarios de la misma gama, para ganar en armonía (Delicate 127B y Polvo de Arroz E392, por ejemplo); así como colores más opuestos siempre dentro de la paleta de los neutros para un efecto elegante (Blanco Crema #D785 y Charcoal #E734).
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