¿Y cómo? ¡Pues gracias a la Pintura de Efecto Pizarra de Valentine! Con ella, los pequeños artistas podrán dibujar y pintar con tiza sin miedo a ensuciar la pared. Incentiva así la creatividad de los niños, en lugar de prohibirles que escriban en las paredes, pues dibujar y colorear son herramientas clave para el desarrollo de los más pequeños.
Esta pintura te permite borrar y empezar de nuevo siempre que quieras. O bien puedes crear una verdadera obra de arte y dejarla expuesta, para decorar una estancia.
Aun así, el uso más obvio es para los niños, y su habitación es el sitio ideal para aplicarla. Pinta una pared entera o solo un rinconcito. En este último caso, pinta un rectángulo grande y, cuando la pintura esté seca, enmarca la zona con un marco de madera u otro material. Así creamos la ilusión de una pizarra, como las de clase, ¡y podremos usarla además para hacer los deberes o estudiar!
Se puede aplicar la Pintura de Efecto Pizarra creando formas y dibujos ‘diferentes’. Pinta en la pared una casa, por ejemplo, o crea un dibujo que llame la atención sobre una esquina concreta. ¡No te cortes! Añade fotos, pegatinas o focos de luz en la zona, para hacerla más llamativa y atractiva.
¡Pero también tenemos ideas para que los adultos puedan aprovecharse y sacar partido de esta pintura! Crea una pared de pizarra en tu cocina para escribir recetas, listas de la compra, hacer un mini-calendario semanal… O en tu vestidor, para aquellas citas que más te gustan. Crea un espacio relajado en tu escritorio, donde tomar notas y dejar recados. La lista es infinita. ¿Qué otras aplicaciones se te ocurren?
La perspectiva de esta solución no tiene que ser solo práctica, ya que puede ser meramente decorativa. Si te gusta el dibujo, podrás dedicar una zona de la estancia que escojas para crear bellas ilustraciones que podrás ir cambiando al gusto de los tonos de las estaciones.
Y, estate tranquilo, porque pintar con la Pintura de Efecto Pizarra de Valentine ¡es muy fácil! Te dejamos el vídeo de aplicación de nuestro canal Youtube.
